viernes, 14 de mayo de 2010
programa de operaciones numero seis
De la música
Postulamos esta parte del programa de operaciones
como un canto órfico
Sabemos bien quién es Orfeo
Conocemos los pormenores de su historia
Se nos apareció en una visión nocturna
Y nos cantó esta bella canción:
La música debe aplicarse
en toda forma viviente
Y así como el sol naciente
derrama su lividez
es preciso que a esta vez
la recordemos por siempre
Vayan los cantos al pueblo,
a los campos y a la amada
Se repitan en los grifos
y en las calles subterráneas
Porque la música apaña
a quien se esconde del ruido
Harmonía sí señores
Las musas están calientes
Y el fernet y el aguardiente
son buenos pa la ocasión
en que amarlas es canción
que va derecho a las mentes
Yo vengo del mismo infierno
de rescatar a la Eurídice
que era como un bombón
aunque el diablo me advirtió
que no la viera hasta el alba
Pero ansí nomás no pude
Al darme vuelta alvertí
una bruma y una llama
más linda que nunca estaba
y mi música se perdía
en toda una alegoría
de entruenos y tempestades
Ahora recorro las calles,
las que fueron mis ciudades
una mirada sin alba
que se hizo yesca ese día
Hoy mis penas son amargas
y mi consuelo es la lira
Postulamos esta parte del programa de operaciones
como un canto órfico
Sabemos bien quién es Orfeo
Conocemos los pormenores de su historia
Se nos apareció en una visión nocturna
Y nos cantó esta bella canción:
La música debe aplicarse
en toda forma viviente
Y así como el sol naciente
derrama su lividez
es preciso que a esta vez
la recordemos por siempre
Vayan los cantos al pueblo,
a los campos y a la amada
Se repitan en los grifos
y en las calles subterráneas
Porque la música apaña
a quien se esconde del ruido
Harmonía sí señores
Las musas están calientes
Y el fernet y el aguardiente
son buenos pa la ocasión
en que amarlas es canción
que va derecho a las mentes
Yo vengo del mismo infierno
de rescatar a la Eurídice
que era como un bombón
aunque el diablo me advirtió
que no la viera hasta el alba
Pero ansí nomás no pude
Al darme vuelta alvertí
una bruma y una llama
más linda que nunca estaba
y mi música se perdía
en toda una alegoría
de entruenos y tempestades
Ahora recorro las calles,
las que fueron mis ciudades
una mirada sin alba
que se hizo yesca ese día
Hoy mis penas son amargas
y mi consuelo es la lira
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